No hace tanto tiempo,tal vez siete u ocho años. Regresábamos a casa con mi sobrino argentino de cuatro añitos que estaba de visita .Luego de buscar en varios comercios no recuerdo qué un poco frustrada de no poder comprarle aquello que pedía, veníamos tomados de la mano, esa mano bien pequeñita y desde su altura elevó su mirada y me dijo -No te preocupes vamos al shopping, ahí hay.
Sonreí mientras miraba esas calles de ripio con veredas intransitables donde ni siquiera un supermercado era accesible a menos de veinte cuadras.
A veces lo que parece una utopía se hace realidad por fantástica que parezca.
Shopping Las Piedras.
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